«Los horticultores pueden encontrar oportunidades en los problemas sociales»

«Los horticultores pueden encontrar oportunidades en los problemas sociales»

Farid Tabarki es observador e identificador de tendencias. Como director fundador de Studio Zeitgeist, investiga las tendencias europeas del momento y asesora a organizaciones internacionales. Farid ha presentado programas de TV, es un destacado orador principal y, según el periódico Volkskrant, uno de los doscientos holandeses más influyentes. Le hemos preguntado qué desarrollos sociales afectarán a la horticultura durante los próximos años.

«Los mayores retos a los que se enfrenta el mundo consisten en cómo gestionar la crisis climática y cómo alimentar a la población en crecimiento. La crisis climática nos está obligando a avanzar hacia la transición energética y a prestarle una atención mucho mayor a la sostenibilidad. El crecimiento de la población requiere contar con métodos incluso mucho más eficaces para producir alimentos saludables. La horticultura posee una vasta experiencia en ambas cuestiones y constituye una fuente de inspiración para el mundo. En tercer lugar, existe un reto logístico: ¿Cómo podemos asegurarnos de que los alimentos se distribuyan de manera que no afecte al clima? Esta cuestión plantea un reto a nivel mundial ya que aún se está produciendo una migración importante hacia las ciudades, especialmente en los países económicamente emergentes».

LA CRISIS CLIMÁTICA
«Comencemos por la crisis climática. Espero que entre este momento y dentro de veinte años, generemos electricidad ecológica más que suficiente en muchos países. Algunos países como Dinamarca ya poseen un excedente de energía eólica ocasionalmente, que destinan a su venta. Existen numerosas oportunidades en este ámbito, y esto también se aplica específicamente a las empresas hortícolas. Hace no mucho he visitado a un horticultor danés que estaba obteniendo grandes beneficios por la venta de calor residual, además de por sus tomates. Los invernaderos juegan un papel cada vez más importante en el suministro de energía a través del intercambio de calor. En los Países Bajos, nos enfrentamos al problema de las elevadas emisiones de nitrógeno. La dificultad estriba en que estamos intentando resolver este problema a través de normas nacionales, mientras que producimos principalmente en el extranjero. Para el horticultor, esto significa que podría tener sentido empezar a cultivar en el extranjero, o establecer alianzas transfronterizas, sin embargo, lo lógico sería utilizar nuestras tecnologías más limpias y no simplemente trasladar el problema a otra parte».

LA DEMANDA DE ALIMENTOS
«El otro gran reto consiste en alimentar al mundo. Necesitamos más alimentos y, al mismo tiempo, está surgiendo un grupo de personas acomodadas que exigen más de sus alimentos. Desean saber si son saludables, de dónde proceden y si se han producido en condiciones respetuosas con la dignidad humana. La cadena holandesa de supermercados Albert Heijn era tan transparente que los consumidores descubrieron que determinadas naranjas procedían de un productor brasileño que ofrecía unas condiciones laborales precarias. Se sustituyeron rápidamente. Los consumidores también pueden conocer la calidad de los alimentos. Esto plantea amenazas, pero también presenta oportunidades para aquellos que operan de acuerdo con las normas. Otra tendencia es la aparición de un grupo que ni siquiera alcanza su cuota justa de bienestar. Además de los grupos vulnerables tradicionales, esto afecta cada vez más a la clase media, un grupo en el que cada vez se cuentan más casos de diabetes y obesidad. Estas personas no pueden permitirse el lujo de pagar más por alimentos de mayor calidad, por lo que la pregunta es: ¿Cómo podemos proporcionarles alimentos saludables? Los gobiernos y las aseguradoras quieren introducir a los clientes en la senda de la nutrición saludable. Los horticultores pueden contribuir al respecto aplicando métodos de producción innovadores y de menor coste como, por ejemplo, mediante la reducción de la demanda de energía y agua. Y, puesto que las hortalizas son saludables, los horticultores gozan de una magnífica posición para marcar la diferencia».

TRANSPORTE
«El transporte de los alimentos supone una carga para el medio ambiente. Y, además, plantea el gran riesgo de que las medidas para combatir la crisis climática incrementen los costes. Este hecho, y el deseo de los consumidores críticos de consumir alimentos producidos localmente, exige una producción más cercana al cliente. Y cada vez será más habitual que el cliente sea un restaurante o un puesto de comida, ya que la tendencia global es que otros cocinen para nosotros. Esto incrementará la demanda de ingredientes más variados».

EL SIGUIENTE PASO
«La horticultura de invernadero es un sector de alta calidad y está regulado por numerosas normas. Sin embargo, no basta solo con cumplir las normas para dar el siguiente paso. Los empresarios deben centrar toda su atención y preguntarse qué quieren los consumidores ahora, y qué querrán mañana. Además, deben darse cuenta de que no se puede innovar en solitario. Deben incorporar la ciencia, las redes sociales y contar con la participación de los ciudadanos y los consumidores».